El poder del sonido para la curación no sólo del alma.
¿Qué es el
sonido? Simples vibraciones.
¿Cómo se produce?
Por medio de un cuerpo sonoro determinado.
¿Cómo se propaga?
Por los tres simples medios más conocidos por los humanos: el líquido, el
sólido y el gaseoso.
¿Cómo es que los
seres humanos percibimos dichas vibraciones? Las percibimos cuando el cerebro
convierte las oscilaciones de la presión que hay, ya sea en el aire o en
cualquier otro medio de propagación, y las convierte en ondas mecánicas.
Pero a todo esto,
¿qué es lo que hace la música? ¿Qué importancia, qué poder, qué efecto tiene
este “famoso” sonido? Simplemente tiene el
poder de sanar almas, corazones, mentes e incluso cuerpos.
Según lo define Moncada
García en su libro Teoría de la Música (1995),
la música es considerada como “el Arte y la Ciencia de los sonidos”. Esto
quiere decir que la música esta formada por aquellas vibraciones que, al ser
estables, son consideradas sonidos y no ruidos. Lo mágico, pero al mismo tiempo
lo real, está en que estos sonidos tienen grandes efectos benéficos para las
personas. Esto es a lo que llamamos musicoterapia.
Para Edith Lecourt, musicoterapeuta
francesa, la terapia musical es “la aproximación sensorial sonora con intención
terapéutica a cierto número de dificultades psicológicas y patológicas
mentales…” (La musicoterapia, 1999).
Muchos, como
Lecourt, opinan que la música debe ser utilizada como una opción alternativa y
terapéutica para la curación de problemas físicos y mentales. Pero si eso es
cierto, ¿por qué no se le ha dado aún la fuerza que debería tener? ¿Si la
terapia musical es capaz de ayudar a la recuperación de las personas con
parálisis cerebral, a los pacientes con Alzheimer y a los niños con autismo por
qué en México no es tan practicada? En el 2012 aproximadamente más de 500,000
mexicanos sufrían de algún tipo de parálisis cerebral (La Crónica), más de 350,000 adultos padecían de la
enfermedad de Alzheimer (Instituto
Nacional de Neurología y Neurocirugía y alrededor 37,000 niños tenían autismo
(Gómez Cotero). Sin embargo esta terapia no es tan fuerte en el país ya que, a
pesar de que muchos estudios se han realizado, como toda terapia alterativa carece
de evidencias que prueben su efectividad consistentemente. Aunque es necesario
resaltar que la mayoría de las personas que han recibido musicoterapia se ha
visto beneficiado y han tenido grandes resultados.
Lo que se
pretende mostrar con esta investigación es que la música sí tiene la capacidad
de ayudar a la recuperación y muchas veces a la total curación del paciente,
pero siempre trabajando de la mano con las ciencias que se requieran. Este ensayo
pretende encontrar un balance entre la ciencia y la música, entre la medicina y
los sonidos que pueden llegar a considerarse medicinales.
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